miércoles, 31 de octubre de 2012

El Rincón de Argimiro: las cosas que cubren algunas aseguradoras

Sí, soy consciente de que las aseguradoras no cubren todo. Y algún palo me habéis dado por esto. Pero hoy os traigo canela fina… Una recopilación de las cosas más absurdas que Mobile Insurance, una aseguradora inglesa de Smartphones, se ha atrevido a cubrir. Desde el móvil que acabó en el interior de una vaca hasta una que lo usó como vibrador. ¡Antológico lo que sigue!


Y es que por cubrir, vamos, que se puede cubrir de todo, pero hay casos que son la mar de extravagantes, para qué nos vamos a engañar. Algunos casos realmente sorprendentes. De esos que te hacen preguntar: ¿y a quién engañaron el día del siniestro para que la aseguradora lo cubriera?

El número 1. Por empezar, que no significa que sea el mejor de la lista, ni mucho menos. Un buen día un trabajador rural de Devon (Inglaterra, allí, en plena campiña), se encontraba ayudando a un vecino en el parto de un novillo. La cosa que se complica y al amigo no se le ocurre otra cosa que utilizar su iPhone a modo de linterna. Total, que se pone a iluminar el camino por el que debe venir el ternero y, ¡ah, sorpresa!, el iPhone que se le resbala dentro de la vaca. Como para sacarlo luego… ¡Bastante tuvieron con sacar el ternero! Eso sí, la vaca luego llevaba un ritmo bailongo cada vez que alguien llamaba al móvil… Incluso hay quienes aseguran que hablaba como los ventrílocuos. ¡Vamos, como José Luis Moreno! ¡Y sin Rockefeller de por medio!


Vamos con la número 2. Antológica. Esa pareja (leche, parezco Chiquito de la Calzada…) que durante un crucero no se le ocurre otra genial idea que recrear la escena de Leonardo di Caprio y Kate Winslet en el Titanic. Sí, esa, la del “sooooy el reeeeey del muuuuundo”. Y todo por sacarse una foto en la situación de marras allí, en la proa del crucero. ¿Que dónde acabo el móvil? Haciendo compañía al Titanic. Al del verdad, digo.


La tercera. Esa buena mujer en la cocina, haciendo un pastel para su hija, que cumplía años en esa jornada. Mezcla todos los ingredientes y mete el pastel en el horno para que se haga bien. Al rato, nota algo extraño. Chispas y esas cosas dentro del horno. Mira la mesa mil veces, se palpa los bolsillos, vuelve a mirar al horno y… ¡anda, ya sé dónde está el móvil! Efectivamente, señora, mezclado con todos los ingredientes del pastel. Huelga decir que el móvil quedo para el arrastre. Y así, se lo cubrieron. Con un par.

Y por último, la cuarta. La creme de la creme, que dicen los franceses. Una buena mujer residente en Bristol que llama a la aseguradora en cuestión para informar de que su Smartphone se ha dañado. Que no funciona el bicho. La operadora que atiende a esta clienta le pregunta que qué le ocurre a su Smartphone y la buena mujer, sin pudor alguno (si lo hubiera tenido ni habría llamado, por muy grandes que fueran sus santos ovarios), contesta que ya no vibra y que entonces no le vale. ¿Razón?, vuelve a inquirir la operadora. Y atención a la respuesta: “Es que yo suelo activar el vibrador para usar el móvil para darme gustirrinín, ¿sabe?”. ¡Ole, ole y ole!

En definitiva, no corráis riesgos y asegurad vuestros smartphones con profesionales de verdad. Os lo dice vuestro amigo Argimiro, el Garantizador.

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