¡Anda que no tenía ganas yo de que llegara el día de hoy! Pues sí, ya lo tenemos aquí, el nuevo iPhone 5. Y la verdad es que no me ha sorprendido en nada. Ya os vengo diciendo en los últimos días cómo iba a ser y algunas de sus principales características, pero siempre quedaba ese reconcome de: “Y si se están guardando algo…”. Al final, nada de nada. En fin, que esto es lo que hay…
Porque no hay peor cosa que las filtraciones. Y gracias a ella os he ido diciendo en los últimos días cómo iba a ser el cacharro de marras: que si pantalla más grande, un nuevo conector, mejor cámara, auriculares rediseñados… Pero ese reconcome que siempre se te mueve por dentro me decía: “Espérate al día 12, espérate al día 12, que seguro que anuncian algo que aún no sabemos…”. ¡Pues no!
¡Ay lo que echo de menos los tiempos de Steve Jobs, cuando cada anuncio como el de ayer era casi fiesta nacional! Pero eso son otras cosas que aquí no viene a cuento comentar. A lo que vamos. Por lo que he podido ver y escuchar sí que hay algunas cosas que llaman la atención del nuevo iPhone 5. Sobre todo su peso y delgadez. Vamos, como si dentro no hubiera casi nada y estuviera completamente vacío. Y como lo que tocas es metal en lugar del cristal de anteriores modelos, al principio da un yuyu… Luego, cuando te acostumbras, sientes que no está nada mal y que, la verdad, el cambio está bien pensado. También me llama la atención la brillantez de la pantalla, así como su contraste. ¡Cómo se van a ver ahora las películas y los videos en él! Eso sí, aunque la cámara parezca que no ha cambiado, la lente es de mayor calidad y el procesador mucho más potente. Lo mismo entonces. ¡Menudas fotos se van a hacer con el cacharro!
Lo malo es que aquí, en España, y por desgracia, no vamos a poder disfrutar de la alta velocidad de conexión que tienen en Estados Unidos gracias a las redes LTE (¿os imagináis aquí una velocidad de 100 Mbps?). Sólo los ingleses y alemanes podrán disfrutar de su máxima velocidad. Nosotros, a 42 Mbps. Los 100, por lo menos, nos los oleremos hasta 2014, salvo algún milagro de la Virgen de Fátima. O de la de Lourdes, dependiendo de la devoción de cada uno.
Pues eso. Que hasta el 28 de septiembre no lo tendremos aquí, en España. No obstante, ya os digo que con lo que va a costar el cacharro (las malas lenguas dicen que unos 600 euros si es libre), no vendría mal que fuerais mirando el seguro. Por lo que pueda pasar.
Y ya sabéis: para todo lo demás, Te Lo Garantizo.
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