Sí. Has leído bien. 200 en total. Latas que han permanecido fijas repartidas por todo el planeta y que durante seis meses han registrado los caminos del sol en su viaje sobre el cielo. El nombre de la muestra –‘Time in a Can- ya lo dice todo.
Las cifras son lo que más llama la atención en este proyecto: más de 40 fotógrafos situados estratégicamente en quince países se encargaron de tomar las fotos durante los solsticios de verano e invierno. Mientras que los ubicados en el hemisferio sur apuntaban sus cámaras hacia el norte, los del otro hemisferio hacían al contrario. ¿Y los ubicados en la Línea del Ecuador? Estos apuntaban al este.
Cortesía Fundación Diario Madrid. |
El artífice de esta preciosa iniciativa es el fotógrafo Diego López Calvin, quien ya tuvo la idea hará diez años junto a sus compañeros Slavomir Decyk y Pawel Kula. Calvin es un fotógrafo dedicado al mundo del cine y lleva trece años construyendo sus propias cámaras con latas de bebidas porque, según él, “son el recipiente más adecuado para realizar estas largas exposiciones al ser impermeables, ligeras e impedir el paso de la luz y aguantar las inclemencias meteorológicas mejor que ningún otro envase”. Tanto es así que, a modo de ejemplo, el envase de las latas utilizado para este proyecto disponía de la estanqueidad y tecnología suficientes como para proteger el papel fotográfico que guardaba en su interior durante seis meses. O lo que es lo mismo, cámaras estenopeicas sobre papel fotosensible, de tal modo que aparecen como huella visible y directa sin necesidad de ser procesadas químicamente. De este modo proporcionan una visión del paisaje que es imposible percibir a simple vista.
Por cierto, si vivís en Madrid, hasta el 31 de julio podéis asistir a la exposición de las fotografías ‘Time in a Can’ en la Fundación Diario Madrid.
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