No hace muchos años era habitual escuchar al vendedor de una tienda de informática, después de adquirir un portátil. Ahora son los móviles; su rápida y desaforada evolución obliga. Aseguradoras, corredurías e incluso las mismas operadoras se afanan en ofrecer pólizas con interesantes coberturas que atraigan la atención de nuevos clientes. Conviene leer la letra pequeña de cada una de ellas y saber realmente para qué se necesita el Smartphone y la conveniencia o no de asegurarlo. Según el uso o para qué lo vayamos a utilizar se podrá determinar si merece la pena o no asegurarlo.
Pero, ¿qué debe ofrecer una buena póliza? La respuesta es evidente: interesantes coberturas, reales y especificadas en la misma póliza, sin letra pequeña ni dobleces. Cuanto más clara sea, más confiable será y menos se tendrá que recurrir a ella salvo si es necesario.
Pero, ¿qué debe ofrecer una buena póliza? La respuesta es evidente: interesantes coberturas, reales y especificadas en la misma póliza, sin letra pequeña ni dobleces. Cuanto más clara sea, más confiable será y menos se tendrá que recurrir a ella salvo si es necesario.
Las coberturas suelen referirse a daños frente a caídas, roturas, derrames de líquidos, sobretensiones y temperaturas extremas. Y nunca, o casi nunca, contemplan robo y hurto. Por una razón muy lógica: ya se encargan de ello los seguros de hogar. Basta con echar un vistazo a las cláusulas expuestas en el contrato para comprobarlo.
En definitiva, pólizas para móviles, reales y creíbles. Para evitar luego desagradables sorpresas.
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